La alcaldesa María Cruz Bastida Muñoz reveló que el problema fue detectado hace un año, cuando todavía estaba en el cargo Matías Quiroz Medina.
“Recibimos un análisis de las aguas que tenemos en las cabecera municipal, donde resultó alarmante la cantidad de materia fecal que rebasaban con mucho el límite superior para utilizar el agua en nuestros hogares”.
Dijo que recientemente, ya en el cargo, aprovechó una reunión de la Comisión Nacional del Agua y la Comisión Estatal del Agua, para informar de la situación. “De manera inmediata vinieron personas de esas dependencias y me aseguraron que posiblemente había una porqueriza o alguna granja de pollos cerca de la fuente de abastecimiento, y que cancelando esas descargas se iba a resolver el problema, pero resulta que no fue así; al final se concluyó que estamos recibiendo descargas (de aguas negras) de las unidades habitacionales de Zapata y Jiutepec, eso provoca que el manantial se contamine y represente un riesgo a la salud pública”.
Reconoció que tanto el Centro de Salud como IMSS e ISSSTE, han reportado casos de enfermedades gastrointestinales, por lo que recomendó utilizar el agua sólo para labores domésticas.
Aseveró que elaboraron un expediente con la petición de los diferentes sectores, que enviaron al gobierno del estado para que se atendiera el problema.
En respuesta, el subsecretario de Presupuesto, Jorge Michel, argumentó que se requiere de un proyecto para conocer lo que se va a hacer y destinar recursos.
“Primero debemos tener el proyecto ejecutivo, que esperamos sea antes de que termine este año, y el próximo año se pueda solicitar en calidad de urgente el recurso para realizar la obra. De acuerdo con la Conagua, lo más factible es que se haga un cambio de red”.
Destacó que también es necesario que se invite a una reunión a los alcaldes de Zapata y Jiutepec para que estén enterados que la falta de una planta de tratamiento de aguas negras en las unidades habitacionales de sendos municipios, ya que están ocasionado este grave problema de contaminación en Tlaltizapán.
Vale destacar que en el trienio de Abel Espín Paredes (actualmente regidor en la presente administración), hace tres periodos, se invirtieron tres millones de pesos en una planta potabilizadora que nunca operó y que hoy está obsoleta.
