Hace 21 años que las primaveras tienen ritmo en la Ciudad de México. Desde entonces, año con año, los amantes del jazz tenemos una cita a la que acudimos puntuales y fieles. Y ¿cómo no hacerlo? Si es tal vez la única oportunidad que tenemos de disfrutar completamente gratis a las máximas figuras del jazz europeo que viajan a nuestro país no sólo para deleitarnos con una presentación, sino para llenar el ambiente de su música durante todo el mes de marzo.
Y es que, aunque vengan como invitados al EuroJazz, lo cierto es que los recintos jazzísticos de la ciudad también aprovechan la visita de semejantes luminarias y suele haber una interesante cartelera de tertulias y tocadas íntimas a las que es difícil resistirse.
Yo comencé a ser asidua a este festival hace unos cinco años. Ser mamá de un niño de 3 años y no tener grandes ingresos no me dejaban mucho espacio para darme una gran vida social ni pagar grandes espectáculos. Siempre estaba buscando alternativas de calidad pero de acceso gratuito o al menos, accesible, pero a donde además, pudiera ir con un niño pequeño. No resultaba fácil, hay que decirlo.
Sin embargo, este festival fue una delicia desde la primera vez. Mi hijo ama la música y casi podría decir que ha sido porque pudo bailar libremente al ritmo de los bajos y saxos con los que se familiarizó en cada presentación a la que acudimos en las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes.
Y es que no sólo se trata de la calidad de los músicos que se presentan, también del ambiente que esta sede tiene. Si bien sí hay sillas muy cerca del escenario, lo cierto es que yo siempre he preferido llevar una manta de picnic y tirarme en el piso a disfrutar la música mientras con mi hijo me entretengo tratando de encontrar forma a las nubes.
Conforme avanza la tarde y la música, también el cielo va cambiando de colores y el atardecer se deja venir a ritmo de jazz. Nada que me guste más.
Me encanta este festival por la diversidad del público. Lo mismo van jóvenes estudiantes, músicos, escritores, familias, parejas de enamorados y claro, hasta dealers que se las ingenian para ofrecer sus productos. No miento, una vez me tocó que me mostraran una pantalla de un teléfono donde decía de manera muy creativa y colorida la palabra AJOS… me reí y moví la cabeza negativamente. No, no me estaba ofreciendo ingredientes para preparar unos camarones al mojo… jeje.
Otra ocasión unos chicos como de preparatoria que bebían alegremente de unos cilindros de plástico comenzaron a platicar conmigo. Cuando agarraron confianza me ofrecieron de sus bebidas, cerrando el ojo. ¡Era pulque! La verdad debo confesar que me reí y acepté la oferta. Sí, mi pecado es que me gusta demasiado el pulque, qué le vamos a hacer.
Lo importante es que ya va a arrancar, desde el 2 de marzo la fiesta jazzística que une a Europa con México comienza y no se detiene pues durante cuatro fines de semana, 14 países de Europa llenarán de música el Centro Nacional de las Artes. Y para los amantes del género, también habrá clases magistrales en las que podrán compartir los secretos de los mejores músicos de jazz del viejo continente.
Son 14 conciertos que se ofrecerán completamente gratis en las Áreas Verdes del Centro Nacional de las Artes (Cenart), del 2 al 25 de marzo.
Algo importante es que 10 de los 14 grupos han aceptado trabajar con jóvenes y agrupaciones de jazz, a través de clases magistrales sin costo.
Además, por primera vez la programación del festival se extenderá a la ciudad de Puebla, donde se ofrecerá un concierto a cargo de Dock in Absolute, de Luxemburgo, el próximo 8 de marzo.
Este festival, único en su género en la Ciudad de México, se ha distinguido por reunir talentos de distintos estilos y generaciones; por un lado grupos tradicionales de jazz con una amplia trayectoria, así como agrupaciones con propuestas novedosas que en ocasiones fusionan el jazz con otros estilos musicales. ¿Te lo vas a perder? Yo no.