Sabemos que los viajes rápidos y esos tours donde podías soñar con conocer 5 países en dos semanas no son aceptables en la llamada nueva normalidad, por ello muchas personas más bien están pensando en una movilidad de largo plazo.
Para muchos el mayor anhelo es mudarse a una de las grandes capitales del mundo para tener una vida glamorosa y muy activa pero ¿qué tan realizable es eso ahora tras el golpe de la pandemia en las grandes economías urbanas?
Como todos sabemos, la vida metropolitana tiene un costo, especialmente si uno quiere vivir en ciudades como Hong Kong, París o Zurich, porque estas son las ciudades más caras del mundo según un nuevo estudio.
Y es que, de acuerdo con la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU), que califica 133 ciudades del mundo y compara el precio de una canasta de 138 artículos cotidianos en cada una, estas tres maravillosas ciudades están en los lugares más altos de la tabla.
Hoy en día, aun cuando siguen teniendo problemas por el COVID, Las ciudades europeas han superado a Singapur y Osaka, que empataron con Hong Kong en la anterior Encuesta mundial de costo de vida, realizada en marzo.
Los cambios resultan especialmente marcados esta vez, y el informe se coloca como una evaluación del impacto de la pandemia de covid-19 en los precios en todo el mundo.
Las fluctuaciones monetarias debido a la pandemia, que han incluido una caída del dólar estadounidense, provocan que los destinos en África, América y Europa del Este sean menos costosos desde marzo, mientras que Europa occidental, donde el euro ha aumentado de valor frente al dólar, los precios de todo han aumentado. Es importante recordar que el franco suizo también ha subido de valor por lo que si ya era caro pensar en vivir en Suiza, ahora lo es mucho más.
LAS CIUDADES MÁS CARAS DEL MUNDO
Singapur y Osaka están ahora en el cuarto y quinto lugar respectivamente, con Tel Aviv en un empate con Osaka en el quinto lugar. ¿Por qué se abarató el costo de la vida ahí? Sobre todo por un éxodo de trabajadores extranjeros durante la pandemia, ciudades como Singapur vieron caer repentinamente su población por primera vez en 17 años.
El top 10 lo completan Ginebra, Nueva York, Copenhague y Los Ángeles. Llama bastante la atención que estas dos ciudades norteamericanas se mantengan en la lista, a pesar de la gran cantidad de casos de COVID que han presentado.
Es interesante que París ocupe el primer lugar y Londres el 20, cuando hasta hace muy pocos años, la capital del Reino Unido era uno de los lugares más caros para vivir en el continente europeo.
Así que, si estás pensando que es buen momento para emigrar, quizá París, Zurich o Copenhague no son la mejor elección pero pensar en Sydney, repensar Londres o incluso, aventurarte hacia áfrica pensando en Nairobi serían buenas alternativas.
Sydney está en el lugar 15, Londres en el 20 y Nairobi en el 77. Moscú se encuentra en la posición 106 y Delhi en la 121.
Algunas ciudades mostraron ascensos acelerados en esta lista por ejemplo Teherán, que ha subido del lugar 106 al 79 debido al impacto de las sanciones de EE.UU. sobre los suministros. Reykjavik, Río de Janeiro y Sao Paulo muestran las mayores caídas de precios, algo muy bueno porque recuerdo que cuando viajé a Río me pareció realmente caro para tratarse de una ciudad latinoamericana.
La EIU atribuye la clasificación de las ciudades brasileñas a una «moneda débil y niveles de pobreza en aumento». Brasil, por supuesto, ha sufrido mucho durante la pandemia y ello ha impactado en su economía
Damasco, en Siria, es la ciudad con el costo de vida más bajo, algo que no debe sorprendernos pues los conflictos bélicos continúan, seguida por Tashkent de Uzbekistán, Lusaka en Zambia, Caracas en Venezuela y Almaty en Kazajistán. Por supuesto que en esas ciudades ni los que nacieron ahí quieren vivir.
Pero es interesante que entre los 10 últimos puestos se encuentre por ejemplo, Buenos Aires, la capital Argentina que realmente no me parece un mal lugar para vivir y donde ojo, la educación universitaria es gratuita, punto a favor.
Me llamó la atención también que no son solo las ciudades las que han cambiado. La encuesta encontró que los precios de los productos electrónicos han aumentado a nivel mundial. Mientras tanto, la ropa ha bajado, presumiblemente debido al aumento de personas que trabajan desde casa. Estoy segura de que el planeta agradecerá que gastemos menos en moda desechable.
Los alimentos básicos se mantuvieron en gran medida al mismo precio, mientras que los productos para el cuidado personal, el tabaco y el alcohol aumentaron, ¿será un indicador del aumento en la ansiedad por el confinamiento?
Lo cierto es que la pandemia de covid-19 ha provocado que el dólar estadounidense se debilite, mientras que las monedas de Europa occidental y el norte de Asia se han fortalecido frente a esta situación, lo que a su vez ha modificado los precios de los bienes y servicios.
Todo esto me lleva a pensar en el papel que nuestro consumo y hábitos tienen en el desarrollo económico. Nadie puede negar que esta pandemia ha transformado el comportamiento del consumidor, trabajar desde casa ha aumentado el costo de los gadgets y dispositivos electrónicos. Ahora cocinamos más porque no podemos ir a restaurantes y porque pasamos mucho tiempo en casa por miedo al contagio.
Sin embargo, la realidad es que esta encuesta nos revela un futuro incierto para la economía global y ahora los consumidores preferirán gastar en productos básicos y en entretenimiento, será el boom del streaming pero la industria de la moda, o el turismo seguirán sufriendo y nosotros, los de corazón nómada, seguiremos esperando a que llegue el momento de volver a volar, mientras reiteramos, si puedes, quédate en casa.