Para quienes tuvimos el privilegio y el honor de estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria tiene un significado especial, que conecta con nuestras emociones, nuestros recuerdos, nuestra juventud y nuestras aspiraciones profesionales.
Sin embargo, Ciudad Universitaria no sólo es relevante para los universitarios, debe serlo para todas las personas del mundo ya que es una de las obras colectivas más trascendentes de la segunda mitad del siglo XX, es símbolo de la nación, un rasgo distintivo en el rostro de la Ciudad de México, un espacio que evoca diversidad, pluralidad, creatividad y tolerancia.
En este 2022, el Campus Central de Ciudad Universitaria conmemora 15 años de haber sido reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Este campus es mucho más que una obra arquitectónica o artística, su patrimonio intangible multiplica el valor del patrimonio visible: sus tradiciones, usos y costumbres; sus cuerpos colegiados, su vocación democrática, su apertura, su naturaleza crítica y autocrítica que ejercen las y los universitarios cotidianamente, su coraje, sus convicciones y nobleza.
Ciudad Universitaria es mucho más que el espacio donde se ubican las escuelas profesionales más importantes del país también es el símbolo de una universidad en la que todo debe discutirse porque todo puede analizarse; es el reflejo de una universidad que propone y enmienda, que se representa en múltiples versiones, que se entiende a sí misma de innumerables maneras.
¿Por qué vale la pena visitar y disfrutar CU? El patrimonio artístico que encierra este campus universitario y que pertenece a la cultura del mundo, es un referente de identidad para los universitarios y los mexicanos que nos enorgullece.
La UNAM representa para nuestro país la aspiración y la posibilidad de cumplir con el derecho humano a la educación de calidad, laica y gratuita, donde el pensamiento científico-técnico, las humanidades y las artes contribuyen a formar profesionales que tienen una perspectiva universal, pero que no se desprenden nunca de su memoria y su origen, capaces de responder a un México en profundo cambio.
La Ciudad Universitaria es conservada por quienes la viven diariamente y ahora, que las clases y actividades presenciales han retomado su ritmo, caminar por sus jardines, observar sus murales, admirar su arquitectura, la hace sentir más viva que nunca.
Y es que, si de algo podemos sentirnos orgullosos los universitarios es justamente de la calidad e intensidad de la vida que tiene este campus. Ciudad Universitaria fue una apuesta bien lograda por construir un México moderno, en el cual la educación fuera uno de los pilares fundamentales. Y para hacerlo, en este campus se logró conjuntar lo mejor de la arquitectura nacional y del muralismo mexicano; en ese sentido es un ejemplo de integración plástica que nos valió, hace 15 años, ser reconocidos como un lugar digno de ser incluido en la Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Su diseño y construcción constituyó un punto de inflexión en la arquitectura mexicana. El reconocimiento de la UNESCO establece, entre otros aspectos, que es uno de los pocos ejemplos mundiales en los cuales tanto la arquitectura moderna, como el urbanismo, encuentran una plena aplicación.
Además, su edificación representa un hito en el desarrollo de la Universidad y se inscribe en el momento histórico de la modernización nacional y en la clara intencionalidad gubernamental de posicionar al país en el emergente orden mundial de la posguerra.
La excepcionalidad de CU radica en que a pesar de ser una obra moderna el pasado está presente; logró amalgamar la tradición con la vanguardia del momento, lo local con lo universal, y también lo hace al subrayar la vocación pública de una arquitectura civil e incorporar soluciones plásticas a los edificios de forma integral.
En el terreno de lo intangible, nadie puede negar que Ciudad Universitaria es un símbolo material de la educación pública de nuestro país. ¿Ya has visitado esta maravilla ubicada al sur de la Ciudad de México? Si todavía no lo haces, esta celebración es el pretexto perfecto para hacerlo.