Comencé a buscar respuestas en donde todo el mundo las busca en este siglo XXI: Google. Así conocí el programa Remote Year. Al principio parecía una beca, luego creía que era una agencia de colocaciones para trabajos temporales alrededor del mundo, finalmente comprendí que más bien es un programa para crear un grupo al año que se compromete a seguir el itinerario establecido por los organizadores, por diversos países del mundo y a trabajar en forma remota desde los distintos espacios de coworking que el paquete ya trae incluídos en el plan de viaje.
No se trata de andar un año turisteando, sino de tener una vida bastante ordinaria pero en distintas ciudades del mundo a lo largo de un año. El programa lo que hace es organizar con suficiente tiempo de anticipación, un itinerario que cambia año con año, para que tú puedas hablar con tu empleador y tener claro donde estarás y qué podrás hacer desde ese punto del planeta.
Por ejemplo, yo que soy escritora, podría perfectamente contactar a diversos editores para proponer artículos o incluso un gran libro sobre este programa y que significa estar viajando durante todo un año, mudando el sitio donde dormiré, conociendo nuevas personas, comidas, actividades y formas de vida. ¡Suena perfecto!, me dije.
El programa Remote Year tiene un costo alto, no voy a negarlo, y seguramente con la más reciente devaluación y tal como la sabiduría de los memes que inundan las redes sociales, ahora resulta que es más fácil detener al Chapo que al dólar, pagarlo no sea sencillo para muchas personas. Hablamos de 27,000 dólares por viajar todo un año. Sin embargo, la ventaja es que no se paga en una sola exhibición pues el programa pide pagar un monto de 5,000 al inicio y posteriormente cuotas de 2,000 en los siguientes once meses. Eso para una persona sola que ya tenga arreglados los trabajos que hará a la distancia puede que no sea imposible.
Y es que no solo los escritores podemos trabajar desde cualquier lugar del planeta. Hoy en día, gracias a la tecnología de la comunicación, pueden hacerlo los diseñadores, programadores, desarrolladores, creativos, cineastas, editores, artistas multimedia, ingenieros, periodistas, fotógrafos, consultores e incluso contadores u otros profesionales que puedan atender a sus clientes a distancia, usando videollamadas, skype, chat, email, streaming o cualquier medio remoto para comunicar y enviar su trabajo. Así, además de sus ahorros, sería su trabajo cotidiano lo que les ayudaría a pagar el costo de este programa pues lo que incluye es justamente lo esencial, es decir, todos los pasajes de tren, avión o cualquier medio de transporte entre un destino y otro, el hospedaje en habitación privada que bien puede ser en un hotel, departamento, hostal o bungalow, además del acceso garantizado a espacios de coworking con internet abiertos las 24 horas en cada una de las ciudades que el itinerario incluye.
También incluye algunas actividades extras de convivencia, tours, conferencias, etcétera. Me seguía sonado perfecto, así que continué leyendo sobre Remote Year.
El programa aclara que es responsabilidad de cada participante tener asegurado un trabajo remoto al menos al iniciar el programa, pues no se trata de una agencia de colocación de empleos a distancia, sin embargo sí ponen dos sitios como ligas externas que justamente se dedican a anunciar ofertas de empleo remoto en todo el mundo. Eso puede ser de mucha ayuda para conseguir ese empleo a distancia y que el participante pueda cumplir con ese requisito indispensable.
El itinerario de este año es impresionante y sin duda, muy atractivo. La convocatoria se abrió ahora en enero pero el viaje comienza a partir del 1 de junio, es decir, terminará al concluir en primer semestre de 2017. El plan es visitar 12 ciudades y permanecer exactamente un mes en cada una. Arranca en Valencia, España de ahí sigue a Lisboa para luego moverse a Marruecos, Sofía y Estambul y de ahí trasladarse a Hanoi, en Vietnam. El destino para el séptimo mes aún está por determinarse pues muchas personas deciden justo en ese mes tomar un descanso para volver y visitar a sus familias.
Para el octavo mes el destino será Kuala Lumpur, en Malasia. Después se hará un largo vuelo que traerá al grupo a este lado del mundo, aterrizando en La Paz, Bolivia para seguir hacia Córdoba y Buenos Aires, en Argentina y concluir en Santiago de Chile.
Me encanta que no sean destinos ordinarios, y es que este es un plan para viajeros avanzados, por lo que poner ciudades comunes en los tours de viajes como Madrid, París, Londres, Tokio o El Cairo podría no despertar mucho interés. Lo atractivo es justamente poder no sólo viajar, sino vivir en destinos tan lejanos como Hanoi o Kuala Lumpur.
Después de suspirar por horas y sentir las ganas de hacer desde enero las maletas para partir en junio, leí las preguntas frecuentes y encontré lo único que me impide realizar esta aventura: el programa aún no es apto para admitir que los viajeros lleven ni niños ni mascotas. Eso es realmente lamentable pues, en mi caso, mis hijos y yo vivimos de lo que yo de todos modos gano escribiendo, sin importar si lo publico en México, España o el Reino Unido, así que nos habría encantado poder realizar este viaje de un año por el mundo, pero juntos. Yo no podría dejar a mis hijos todo un año, aún si eso representara escribir un libro sobre esta gran experiencia. Así que, sólo me queda recomendar a ustedes, queridos lectores, si son solteros y tienen una profesión que les permita trabajar a distancia, no crean que viajar todo un año por el mundo es un sueño inalcanzable. Y no olviden que las metas, no son más que sueños pero con fecha de caducidad así que dejen de mirar esa lista de propósitos de año nuevo y comiencen a pensar en un plan de acción para cumplirlos. ¡Felices viajes!