"No quiero sentirme valiente cuando salga.
Quiero sentirme libre".
-Anónimo-
He visto videos y noticias que tratan de la violencia cada vez más alta contra la mujer. Es una desgracia y vergüenza a la vez lo que está sucediendo en nuestro entorno. Esta mañana, muy temprano, noté cómo se están incrementando los videos sobre maneras en que una mujer, al ser atacada, debe defenderse. Se viralizan canciones que hablan del tema. Datos estadísticos, estrategias que aplicar se presentan por parte de la sociedad civil. Las preguntas importantes, aunque hay muchas otras, son ¿en dónde están las políticas públicas para enfrentar este problema? ¿Dónde están los elementos de seguridad que vigilen las calles para enfrentar a esos criminales?
Ayer me contaba una gran amiga que un día se encontraba caminando en las calles de Palmira cuando notó que un vehículo se le aproximó y escuchó voces que decían entre sí lo que le iban a hacer. No cuento los detalles porque son muy bajos. El punto es que ella se aproximó a una caseta de vigilancia. Llamaron a la Policía… pero no lograron encontrarlos.
El diez de agosto de dos mil quince se decretó la alerta de violencia de género, y a pesar de eso, los feminicidios y ataques a mujeres se han ido incrementando constantemente. Esta alerta fue declarada en ocho municipios de nuestro estado: Cuernavaca, Jiutepec, Temixco, Yautepec, Cuautla, Xochitepec, Puente de Ixtla y Emiliano Zapata. Sin embargo, y desde entonces, tanto en Tepoztlán como en Jojutla se han incrementado los feminicidios. Y, obvio, aun cuando las estadísticas mencionan a estos municipios como de alto índice, en los demás municipios, seguro estoy, se manifiestan este tipo de hechos.
De acuerdo a datos del Inegi, en su comunicado de prensa número 588/18 del veintidós de noviembre del año pasado, manifiestan que de las mujeres que han enfrentado violencia por parte de esposo o novio, a lo largo de su relación de pareja (19.1 millones), en el 64.0% de los casos se trata de violencia severa y muy severa. Se estima que anualmente cada mujer perdió 30 días de trabajo remunerado y 28 días de trabajo no remunerado a causa de la violencia por parte de su pareja. Y, por último: El costo estimado por días de trabajo perdidos por las mujeres, entre octubre de 2015 y octubre de 2016, asciende a 4.4 mil millones de pesos.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, adscrito a la ONU, indicó en uno de sus reportes que, pese a los esfuerzos del Gobierno de México aún se requiere adoptar medidas “urgentes” para prevenir, investigar y juzgar las muertes violentas y desapariciones de mujeres en el país. El informe, elaborado por veintitrés expertos, indica que las mujeres y niñas mexicanas siguen siendo blanco de la inseguridad, violencia, crimen organizado y tráfico de drogas.
Las cifras de este organismo no gubernamental dibujan una realidad más peligrosa para las mujeres que la que dan a conocer los datos oficiales. Según su información, entre 2014 y 2017 unas 8.904 mujeres han sido asesinadas en México, sin embargo, solo un 30% de los casos fue investigado bajo los protocolos del feminicidio. En cuanto a la relación de la víctima con su victimario, la información revela que la autoridad desconoce en un número significativo el vínculo entre ambos, lo que evidencia que las investigaciones carecen de diligencias básicas que permitan identificar a los agresores, situación que lleva a que los casos queden en la impunidad.
Respecto a nosotros, como sociedad civil, es importante que pongamos atención a nuestros hijos e hijas. ¿Qué ven en las redes? Es muy fácil acceder a los sitios pornográficos. Es muy fácil que un criminal se haga amigo de un o una adolescente en sus redes sociales. Conozco muchos casos en los que hay menores de edad que llevan pornografía en sus celulares. Ellos no están preparados ni maduros para este tipo de información. Les provoca ansiedad y al paso del tiempo, seguramente traerá consecuencias psicológicas equivocadas. Muchos niños y niñas de muchas comunidades juegan a “los narcos”. Alimentemos a nuestros hijos e hijas con amor. Abracémoslos. Demos tiempo de calidad para ellos. Que vean que sus padres, a pesar de todo lo malo que existe, son personas de bien que quieren, buscan y se preparan para dejarles un mundo mejor. Rompe el silencio cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres. No te quedes callado.
En cuanto a las actividades del gobierno, definan ya sus políticas públicas respecto al tema. Desarrollen una policía cibernética que persiga los delitos relacionados. No existe hasta este momento. Pongo un caso. Al tratar este tema en una de mis clases en el Tec de Monterrey, hace ya muchos años, un alumno, apenado, decidió participar. Contó que estuvo becado en Alemania y que un día llegó la policía cibernética a la casa de la familia que le daba alojamiento, exigiendo ver a la persona que estaba metida en sitios porno en internet. Los padres dijeron que no era verdad. Que nadie hacía eso en la casa. Recordaron que tenían un huésped mexicano, tocaron la puerta de su recámara y sí, allí estaba este chico entretenido en esas páginas. Aquí en México no contamos con una policía cibernética, pero considero que es urgente que se trabaje en ello. Y obvio, el gobierno debe desarrollar las estrategias necesarias para abatir este tipo de delitos en beneficio de las mujeres y de nuestra sociedad.