“La esperanza significa que uno
no se rinde a la ansiedad, el derrotismo
o la depresión cuando tropieza con
dificultades y contratiempos.”
-Daniel Goleman-
Iba manejando tranquilamente por la ciudad hace unos días y escuchando Radio Universidad. Estaba al aire una entrevista con estudiosos que hablaban sobre los efectos psicológicos de la pandemia entre la población. Los resultados eran desalentadores y preocupantes tanto para los jóvenes como para las generaciones adultas.
Puse muchísima atención a los datos. Esperaba que dijeran cómo podía tener acceso a dicha información. Desafortunadamente estaban dando un avance de dicho estudio. Habrá que esperar. Sin embargo, me puse a investigar, y encontré un estudio interesante en España, del que te dejo el link por si te interesa:
https://www.ub.edu/web/ub/ca/menu_eines/noticies/docs/Consecuencias_psicologicas_COVID-19.pdf
Así seguí investigando, porque mi idea era lo positivo que podríamos sacar de esta historia terrible que estamos viviendo. ¿Todo es tan catastrófico como lo plantean? ¿Habrá algo positivo en todo esto? Y de repente, me acordé de una historia que había leído no sé dónde. Busqué en mis apuntes que están ordenadamente desordenados, y que con emoción les comparto:
Se cuenta de un discípulo budista que busca consejo con su maestro. Su mente está perturbada por lo que está sucediendo y le preocupa la reacción de la gente:
-Maestro, me cuesta tanto comprender que el Padre nos haya mandado un virus tan agresivo. ¿Cuál es el propósito?
-El Padre no lo manda. Lo permite, que es diferente. La pandemia la generó el hombre a través de la violación constante de las leyes universales.
-Pero algo tan malo va a generar mucha destrucción.
-El coronavirus no es malo. Tampoco es bueno. Es necesario, que es diferente. No existe nada malo para el universo. Si el coronavirus está presente es porque está permitido por la Divinidad, o no podría existir. La idea del bien y del mal se genera en tu mente que juzga desde su archivo de ignorancia un suceso que en sí es neutro.
-Pero son tantas las personas que se están contagiando en el mundo, o se van a quedar sin comer. Tantos niños, ancianos, hombres y mujeres. Es muy injusto.
-Lo injusto no existe dentro del amor universal. Eso existe sólo en tu mente que no comprende el propósito que hay en lo profundo. Lo que sí existe es lo justo, lo preciso, lo exacto, lo correspondiente. Existe un proceso evolutivo necesario que consiste en una toma constante de información. Un ir aprendiendo a través de enfrentar las dificultades que la vida nos presenta, para que en medio del caos y del sufrimiento que se genera, descubramos el principio de amor que se encuentra en la vida misma. Y éste principio de amor es el que nos irá liberando de las limitaciones humanas, y nos hará correspondientes con experiencias de mucha más satisfacción y armonía.
Tienes que comprender que a nadie le sucede una experiencia que no le corresponda. Y si le corresponde la vivirá, aun cuando luche o se resista.
El coronavirus no es malo. Es muy bueno, en cierto modo, ya que de él están aprendiendo muchísimas personas. Se está elevando el nivel de conciencia del planeta al vernos en la necesidad de desarrollar grandes herramientas de amor como son la aceptación, la valoración y la adaptación. La paciencia, la tolerancia, y el respeto. Podrá ser una prueba difícil, pero mala no es. Tú estás creciendo gracias a ella. Si dejas de ver al coronavirus desde tus miedos, y lo empiezas a ver desde tu comprensión, podrás reconocer el valor que hay en él. Así podrás pasar esta prueba que la vida te está presentando.
La decisión está en ti, y para eso la vida te dio un Libre Albedrío. Se te concedió la facultad de tomar decisiones, y éstas serán respetadas por el universo completo. Puedes darle la opción al miedo, al orgullo y al ego. O puedes dársela al amor. La decisión es tuya. ¡Está en ti!
Dale la opción al amor. El camino siempre es el amor.
-¿Y qué es darle la opción al amor?
- Conviértete en un ser imperturbable. Invulnerable. Trabaja en ti para que tu paz y tu felicidad no dependan de lo externo. Deja de ver problemas, y empieza a ver oportunidades que puedes aprovechar para hacer un crecimiento interior. Desarrolla la aceptación. “Todo lo que sucede es perfecto, y si existe y sucede es porque tiene un propósito”. Padre, que se haga tu voluntad, y no la mía. Muéstrame cómo te puedo servir mejor. Aprende a fluir y a adaptarte. Actúa con sabiduría en lugar de reaccionar desde el miedo. Vigila tu pensamiento para que sólo vibre en la frecuencia del amor. Esto te llevará a tener claridad en la mente. No compartas tus miedos con los demás. Comparte solamente tu entusiasmo, y tu alegría. ¡Que tu palabra genere armonía, y te haga sentir confianza!
Y lo último que agrego es esta frase que me ayuda: En momentos de crisis hay personas que sufren mucho y lloran. Pero hay otras personas que se ponen a vender pañuelos.
¡Dale la opción al amor para vivir en paz!