"La vida es lo que pasa mientras estás viendo tu celular.”
Anónimo
Antes que otra cosa, debo expresar y manifestar un “mea culpa”. Explico: una noche cualquiera, no recuerdo el día, lamentablemente, ya tarde. Era hora de descansar el cuerpo y el alma. Estaba de verdad agotado por todo el ajetreo de ese día. Lo único que quería, según yo, era descansar. Estaba a punto de hacerlo. De hecho, ya estaba acostado y dispuesto a dormir, cuando repentinamente me llegó un mensaje de whatsapp, el cual me llevo a un sitio web, leí la noticia completa, la cual me llevo a otros sitios para tener más referencias, y cuando me di cuenta, ya habían pasado cerca de dos horas de estar metido en ese mundo virtual. Obviamente dormí menos horas, descansé menos, y, al otro día estaba tan agotado que empecé mi jornada de muy mal humor.
Ahí empecé a darme cuenta, cuán frágiles somos, y me dije a mí mismo que no volvería a hacer semejante barbaridad. Sin embargo, lo volví a hacer otra vez, hasta que, seriamente, comencé a dejar el celular en otro lado para no tener la tentación de perder el tiempo sin razón alguna.
Afortunadamente en mi caso, eso se ha ido quedando atrás, pero me quedó la espinita para investigar sobre el tema.
El uso excesivo del celular está convirtiendo a los usuarios en esclavos del mismo. Muchas personas se están olvidando de vivir la vida real para sumergirse en un mundo completamente virtual en el que todo lo que sucede allí es ilusorio.
La nomofobia, viene del inglés nomophobia (no-mobile-phone-phobia), significa el miedo irracional a quedarse sin el celular, quedarse “desconectado del mundo”, sentirnos “incomunicados”. El celular se ha convertido en una extensión de nosotros mismos. Parte de la personalidad.
Los síntomas, en el caso de la gente joven, son los siguientes: Ansiedad, cambios en la conducta, trastornos en la alimentación y el sueño.
Los niños y niñas de otros tiempos jugaban al aire libre, tenían amigos con quienes podían convivir, algunos escuchaban la radio o veían la tele por un rato, podían leer algún libro o salir con la familia. Hoy en día ya no hay tiempo para convivir. Todos están clavados al celular. La infancia actual pasa de tres a once horas diarias frente a una pantalla, lo que significa que no hay convivencia ni interacción con otras personas.
Actualmente se han llevado a cabo investigaciones que demuestran que la dependencia al “teléfono inteligente” puede producir algunas de las mismas conductas cerebrales adictivas muy similares a las adicciones como al alcohol, las drogas y las apuestas.
Por esa razón se tienen que establecer medidas para el buen uso del celular. Hay estudios que han demostrado que en las edades de primaria y secundaria, el infante que usa celular, además de bajar calificaciones, va en un camino recto a la perdición porque es en esas edades que deberían desarrollar capacidades para realizar actividades físicas y de administración de su tiempo.
También está demostrado que hay un desfase del sueño, como lo que me pasó a mí. La diferencia con los niños es que el uso de teléfonos inteligentes y otros dispositivos portátiles con pantallas afecta la cantidad y la calidad del sueño. Es altamente probable que los adolescentes estén ansiosos porque esperan recibir mensajes de texto y mensajes en sus redes sociales, por lo que afecta obviamente su rutina nocturna. Y esto no es privativo de los niños, es igual para los adultos.
Las relaciones sociales también se ven afectadas porque los niños están tan ocupados que no prestan atención a lo que dicen sus padres, o si reciben una orden para realizar actividades domésticas, se molestan y no obedecen porque prefieren estar metidos en sus redes.
Los adultos tenemos que entender que el uso de los celulares trae consecuencias muy serias si se pone la atención necesaria. Menciono algunas de ellas: se expone el menor al ciberbullying o ciberacoso, los acosadores actuales hacen uso de las redes para molestar a otros haciéndolos más vulnerables. Antes el acoso se daba en las escuelas o en los baños de las mismas. Ahora el acoso se da a cualquier hora del día o la noche.
Los estudios dicen que casi el 43 por ciento de los niños que usan celular han sido intimidados en línea y solo una de cada 10 víctimas hablará con sus padres o adultos de confianza acerca del abuso. En el caso del contenido sexual, nuestra infancia está terriblemente expuesta a ello teniendo como consecuencia que hay una influencia equivocada y malsana. También están los famosos “retos” en los que algunos niños y niñas han tenido episodios graves, y otros hasta llegar a la muerte.
Y como lo mencioné anteriormente, esto también está afectando a los adultos.
El estudio de la nomofobia es relativamente nuevo. Comenzó en el año 2011 y actualmente se le considera un problema de salud pública en algunos países que, además, ya cuentan con clínicas especializadas para su tratamiento, como Japón, China, Corea del Sur y Brasil.
Te dejo aquí un pequeño test para saber tu situación actual con respecto a la nomofobia:
Estás constantemente atento a tu celular para ver si has recibido mensajes, le robas horas al sueño o a tus alimentos para meterte a tus redes sociales, no quieres ir a lugares donde no hay cobertura para el cel, nunca lo apagas por si llega a entrar alguna llamada o mensaje, siempre estás pendiente para encontrar un enchufe para conectar tu cel.