"Para despertar y vivir plenamente
la vida que nos ha tocado, debemos
estar dispuestos a enfrentarnos a la catástrofe”.
Jon Kabat-Zinn
Santiago Posteguillo decía que “sólo en el peor de los desastres conoce uno la auténtica valía de los hombres.” Esta frase me hace pensar en las diferentes noticias que hemos visto en los medios sociales y tradicionales sobre el paso del huracán Otis por las costas del estado de Guerrero.
Hay mucha desesperación por la falta de víveres como consecuencia de la vandalización a comercios, de los que fueron sustraídos muchísimos productos. He visto que muchos refugiados salieron de las instalaciones en las que se encontraban, por falta de comida, principalmente.
Y en el caso de los centros de acopio que han sido establecidos, son muchas las instancias organizadoras. Instituciones educativas, partidos políticos, artistas, ONG’s y grupos de comediantes, entre otras. La solidaridad, la compasión y la empatía son elementos que siempre han existido en la sociedad mexicana, y seguramente en otras, cuando se dan estas catástrofes en el país.
Pero hay pensamientos que surgen con respecto a este desastre natural. El primero de ellos es que las predicciones sobre el hecho fallaron terriblemente. Las consecuencias han sido muy lamentables hasta este momento. El huracán se desbocó completamente y desarrolló una fuerza descomunal que no se había previsto. Para ello, los expertos tienen una respuesta: El huracán Otis adquirió una fuerza descomunal en cuestión de horas y la respuesta a este comportamiento podría encontrarse en el cambio climático. En menos de veinticuatro horas pasó de ser una tormenta tropical menor a un huracán categoría 5. La Organización Meteorológica Mundial declaró que Otis era “uno de los ciclones tropicales que se intensificó más rápidamente que ningún otro jamás registrado”.
“No hay registros de huracanes ni siquiera cercanos a esta intensidad en esta parte de México”, declaró el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos sobre este meteoro que tomó por sorpresa a los pobladores de Guerrero.
¿Y por qué se dice que este fenómeno es parte del cambio climático? En 2013, un artículo elaborado por investigadores del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de los Estados Unidos señalaba que por cada grado centígrado que se calienta la Tierra, la proporción de huracanes de categorías 4 y 5 aumenta entre un 35 y 30%. Paralelamente, la proporción de huracanes de categoría 2 disminuye.
Esto significa que es fundamental implementar medidas para no aumentar este cambio climático que es provocado por nosotros mismos. Se debe trabajar a marchas forzadas para implementar estrategias y reducir, creo que todavía es posible, el cambio climático, porque de lo contrario, la fuerza de los desastres naturales cada vez se incrementará y no se sabe, cómo ahora, qué tantas desgracias podrán causar.
Y a nivel social, el comportamiento de las masas ante estas eventualidades, cada vez será más difícil e imprevisible si las políticas gubernamentales no implementan, a partir de ya, la capacitación a la población para adaptar sus comportamientos a una situación de desastre.
Es comprensible su forma de comportamiento. El miedo a la incertidumbre ante una eventualidad de este tipo hace que la masa actúe de manera violenta y desesperada. La masa no piensa, sólo actúa. Y, obviamente, robarán lo más que puedan para sentirse protegidos ante una situación de riesgo.
También se debe tener cuidado con las noticias falsas o “fake news”. Porque lo único que provocan es que crezca más la desinformación y la desesperación entre la comunidad y todo, absolutamente todo, se haga más más caótico.
Por último, siempre que hay un desastre natural, hay materia para engañar. Para defraudar. En el sitio de PNC BANK encontré un artículo muy interesante sobre el tema: “Ya sea durante la preparación y después de un desastre natural importante, la oportunidad para el fraude existe desde múltiples ángulos”.
Por ejemplo, dice el artículo: “los ciberdelincuentes podrían redactar un mensaje de correo electrónico tentándote a hacer clic en un enlace que contiene “noticias urgentes sobre la evacuación” o podrían enviar un mensaje de texto pidiéndote que envíes información personal o bancaria para donar a los esfuerzos de socorro.” Además de las estafas de suplantación de identidad, las organizaciones benéficas falsas surgen durante y después de desastres naturales, solicitando todo tipo de donaciones como dinero, medicamentos u otros bienes, incluyendo generadores de alimentos o energía. Los esquemas de fraude de organizaciones benéficas buscan recibir donaciones para organizaciones cuya labor es limitada o nula, solo para beneficiar al creador de la organización benéfica falsa y no a quienes lo necesitan.
Lo mejor, ante estas situaciones adversas que nos llegan, es que siempre debemos tener la cabeza fría y pensar dos o más veces las decisiones que tengamos que tomar, para que no haya una afectación que empeore la situación ya de por sí difícil. Hay personas buenas que tratan de hacer lo posible por ayudar realmente, pero entendamos también que hay gente que lo que quiere es beneficiarse del dolor ajeno.