"Sólo se aguanta una civilización
si muchos aportan su colaboración al esfuerzo.
Si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde".
José Ortega y Gasset
El concepto de ciudadanía se refiere a las personas que son miembros de una comunidad y que tienen derechos plenos. Esa es la definición clásica de “ciudadano”. Sin embargo, no se trata solamente de derechos. También hay obligaciones que tenemos como ciudadanos, y que por regla general las cumplimos. No nos queda de otra, pago de impuestos, pagos de servicios municipales, son sólo dos ejemplos básicos. Y el objetivo es que, con todas estas contribuciones, nuestras comunidades deberían estar cada vez mejor. Cosa que no se ve con claridad. Pero también hay otros elementos en los que deberíamos participar, y no lo hacemos, o no lo hacemos como se debería.
las democracias, conforme ha pasado el tiempo, han ido protegiendo cada vez más derechos: desde los derechos civiles y políticos básicos, como la libertad de expresión, de conciencia, de asociación, de poder votar; luego los derechos económicos y sociales como la salud, la seguridad social, el acceso a la cultura, al medioambiente sano; hasta los nuevos derechos como el acceso a Internet, a la identidad y reputación digital o a las garantías frente a la manipulación genética. Y así es, no podemos negar que hemos ido avanzando en la consecución de más derechos.
Sin embargo, hay que considerar que también tenemos obligaciones intrínsecas que debemos ejercer como ciudadanos. Debemos tener una participación real en las actividades públicas.
El gobierno y nosotros como ciudadanos somos una gran familia y, como tal, debemos marchar codo a codo para beneficio de todas y todos. La gobernanza es fácil si lo que se pretende es el bien común. Pero es inalcanzable cuando lo que se quiere es llegar al poder para manejar los recursos discrecionalmente para sólo beneficiarse a costa de la desgracia del pueblo.
Ya lo he mencionado en otras ocasiones. En mi opinión, un día llegó alguien al poder, habló con sus subalternos y les dijo que ya no se metieran con la gente. Les dijo que los dejaran “hacerse bolas” con sus problemas y que se dedicaran a los intereses de los jefes.
El ejemplo más claro es el de las obligaciones nuestras como habitantes de un municipio. Pondré como ejemplo el de siempre: antes los vecinos salían a barrer el frente de su casa. No sólo era una acción moral buena, sino que también es una obligación nuestra como miembros de la comunidad. Y como lo mencioné en mi artículo anterior, es cuestión de leer el Bando de Policía y Buen Gobierno y comenzarlo a aplicar para vivir y convivir en concordia y en paz. En este caso veremos el de Cuernavaca, que, en su artículo 18 dice: los ciudadanos del Municipio, tendrán los siguientes derechos y obligaciones. Y en el capítulo de obligaciones, numeral VII, a la letra dice: mantener limpio el frente de los inmuebles de su propiedad o posesión; así como pintar las fachadas de los mismos.
Como se observa claramente, es nuestra obligación mantener el frente de nuestras propiedades, limpias.
Y si no lo hacemos, las sanciones están establecidas en el artículo 133: las infracciones contenidas en este Bando se podrán sancionar, entre otras formas, con: amonestación; multa hasta por 500 días de salario mínimo general vigente en el Estado; arresto hasta por 36 horas; trabajo a favor de la Comunidad.
A pesar de estar establecida esta norma sencilla, no ha habido nadie que haya pagado una multa por no tener el frente de su casa, limpio. Y así como este ejemplo, hay muchas cosas más que están establecidas en el Bando, pero que no se cumplen, y, por supuesto, tampoco se sancionan. Esto es un buen ejemplo de lo que se llama normas vigentes, pero ineficaces, es decir, no se cumplen.
Y ahora que lo sabes, supongo que estás de acuerdo en que, si no se cumple la norma, seguiremos viviendo en el caos. El ejemplo de mantener el frente de tu casa limpio es el más sencillo. Y no lo cumplimos. He visto tantos problemas entre vecinos porque no saben a quién dirigirse para resolver una problemática comunitaria, que urge que aprendamos lo establecido en el Bando del municipio donde vivamos.
Yo, por lo pronto, iré al ayuntamiento a solicitar que vaya un inspector con mi vecino que plantó una cantidad impresionante de plantas y tiene un árbol gigantesco y cuyo follaje está invadiendo mi propiedad causando una gran cantidad de basura en mi patio. No necesito pelearme con él. Es mejor que vaya la autoridad y que lo sancione en lugar de que yo me enfrente a él. Y estoy seguro, que el vecino no lo hizo de mala fe. Lo hizo por el desconocimiento de la norma. Pero no hay que olvidar que la ignorancia de la ley no te exime de su cumplimiento.
Ejerzamos nuestro poder ciudadano para vivir en armonía. Y en estas próximas votaciones, hagámoslo valer con más fuerza.