Es una evidente necesidad operativa para el Servicio Médico Forense la inhumación de más de 300 cuerpos o fracciones de restos humanos no identificados alojados en Cuautla.
Muchos más se acumulan en Cuernavaca y Jojutla y exigen la misma medida, siempre y cuando se realicen los protocolos que en el gobierno anterior fueron burlados, cuando solo se deshicieron de los restos sin ninguna consideración.
El escándalo internacional que debió afrontar la administración anterior aún no se salda como es debido, pero es una experiencia que debe servir para llevar a cabo un procedimiento que implica a seres humanos en todas sus fases.
El respeto a quienes perdieron la vida en circunstancias trágicas y a sus familias -donde quieran que estén- deben prevalecer por encima de cualquier otro interés.