La situación de operatividad en la comisión del trabajo en el Congreso local ha hecho que se acumulen más de cien solicitudes de pensión y jubilación, algunas de las cuales llevan en espera varios años.
Lo anterior constituye un problema para los trabajadores solicitantes, pero irónicamente ha sido un alivio temporal para las arcas públicas, ya de por sí agobiadas por el peso del pago que por ley debe hacerse a los trabajadores en retiro.
Y posponer la aprobación, por mucho alivio que resulte, no es la respuesta más adecuada, sino trabajar con mecanismos que permitan capitalizar los sistemas pensionarios, para alejar la crisis que ya comienzan a generar.
No es un tema que debe dejarse pendiente mucho tiempo, porque las consecuencias serán imparables.