Las mejores intenciones se escucharon ayer en múltiples foros en un día del maestro en efervescencia electoral.
El trabajador de la educación es un activo lúcido, no sólo en tiempo de comicios, y reclama del Estado, y ahora de los candidatos, compromiso con la noble labor que desempeña.
Los reclamos del magisterio son varios, en diversos rubros, pero las condiciones laborales, junto con la justicia en la cuestión remunerativa y de prestaciones, son puntales en la agenda de derechos que reivindican.
El sano juicio del maestro es necesario en una sociedad que se confunde y se desorienta.