El anonimato de las plataformas digitales ha consentido toda clase de agravios a la integridad de los usuarios de las redes.
En tiempos de agitación política los ataques pueden ser más virulentos, debido a la pluralidad de consumidores y a las diversas reacciones e impacto consecuentes, y a la guerra partidista característica del presente periodo electoral.
Es así como encuentran suelo fértil la calumnia y otras formas de manipulación de escenarios, y las mujeres (candidatas) son blanco recurrente de las agresiones, independientemente del acoso que también denuncian las servidoras públicas ya en cargos.
La solución no se avizora. El espacio virtual se presta a delitos, y el trabajo por delante es de responsabilidad global.