Los partidos y los candidatos burlaron la endeble ley electoral de múltiples formas en el presente proceso electoral, como no es nuevo. Uno de los rubros que requiere regulación inmediata es la colocación de propaganda.
El mismo Instituto Nacional Electoral hizo la advertencia sobre la ilegalidad de la instalación de publicidad política en carreteras, por ser un factor de riesgo para los usuarios que transitan en dichas vías de comunicación.
Capufe también señaló la “contaminación visual e ilegal” sobre diversos tramos carreteros en suelo morelense. En el plano estatal, no es ajeno el daño al mobiliario público. Sin embargo, las consecuentes sanciones a las que son sujetos los institutos políticos por transgredir los marcos normativos, suelen ser risibles para los mismos.
Medidas de autoridad más enérgicas son necesarias para poner alto a excesos tan reiterados.