Se ha manifestado con insistencia en el presente proceso electoral, próximo a tener su jornada crucial de comicios: la violencia lo mancha en niveles preocupantes.
El asesinato del candidato suplente a la alcaldía de Cuautla, Ricardo Arizmendi Reynoso, lastima todavía más un orden social en el que se espera de un proceso de transiciones políticas, que sea en paz.
El municipio en cuestión de la región oriente del estado está afectado, desde hace tiempo, por un flagelo de inseguridad que requiere acciones contundentes por parte de las instituciones encargadas de esa tarea. La responsabilidad también lo es, desde el presente, de las nuevas autoridades, próximas a definirse.
No sólo en la coyuntura electoral, la sociedad morelense reclama que el caso que atrae ahora la atención de la opinión pública, no quede impune, como la multitud de casos idénticos que no tienen respuesta oficial en nuestro territorio.