La impunidad que la violencia extrema ha provocado hace que parezca rutinario que la gente muera asesinada y el crimen quede impune.
Por eso parecen rutinarias las protestas por el asesinato de un periodista -otro más- que junto con cuatro mujeres fue muerto en la ciudad de México el sábado anterior.
Sin embargo, es necesario que el gremio proteste, se solidarice y asuma conductas que rompan con las ya rutinarias muestras temporales de inconformidad, que se olvidan cuando una noticia de aparente mayor magnitud opaca a todo lo anterior.
Es necesario romper con ese ciclo, porque tanto nuestro gremio como toda la sociedad requiere que los asesinatos sean crímenes castigados, que no haya impunidad en ese y cualquier otro delito y que en tantas regiones de México informar no se pague a un precio tan alto.