Hoy arrancan los procesos para poner en marcha otras partes del mismo proyecto, que entre otras cosas eliminó de un plumazo el Tribunal de lo Contencioso Administrativo para crear un ente que necesita más recursos para operar sin garantía de que dé resultado.
Pero el punto principal es quiénes ocuparán los cargos que se requieren para operar ese sistema. Si nuevamente se asignan como premio partidista, entonces todo el sistema anticorrupción habrá nacido muerto, porque no habrá fidelidad a los objetivos sociales esbozados en las reformas, sino a los partidos que les dieron el salario.