Sin embargo, esas aportaciones se pierden en el olvido y la indiferencia, tal y como ocurre con actividades como el Parlamento de los Niños o el Parlamento de Mujeres.
Ninguna de esas prácticas ha logrado introducir cambios sustantivos en la sociedad morelense, a pesar de la buena voluntad de muchos de los participantes.
Un acto cosmético y una pérdida de tiempo, cuando podría tener mejor destino y mejor uso, porque en esas ocasiones mentes brillantes y otras formas de pensar alzan la voz, hasta ahora sin consecuencias.