El conflicto afecta la operatividad del Poder Legislativo por lo que es necesario resolverlo para volver a la normalidad que requiere el estado de Morelos.
Aunque aún son voces aisladas, las llamadas al diálogo deben ser compartidas por las dos partes y de allí pasar a los hechos.
Por supuesto, las propuestas de diálogo deben estar basadas en condiciones reales, de tal forma que no provoquen más fricción.