Me hizo renacer en un minuto y además debo de agregar que estaba hermosamente estrellado como nunca en mis maravillosos años de vida lo había visto. Me hizo recordar que el cielo está ahí y que jamás me doy el tiempo de verlo y maravillarme con esas estrellas que eran millones y todas brillaban con la misma intensidad de mis mañanas cuando tomó el primer sorbo de café del día! Ese cielo fue lo que hizo que mi viaje al Santuario de Chalma fuera una maravillosa experiencia, el cual están de acuerdo tuvo que haber sido una pesadilla porque hice el recorrido c a m i n a n d o. Así es, caminé más o menos por ocho horas prácticamente seguidas para llegar al pueblo de Chalma. Todo empezó hace un año cuando las chicas que trabajan en el negocio familiar hicieron por primera vez el recorrido para llegar hasta el milagroso Señor de Chalma y fue ahí cuando me platicaron su experiencia que yo abrí mi grande y hermosa boca para decir ¡el próximo año yo quiero ir! Lo dije muy entusiasta, tanto que me tomaron la palabra y el día, o mejor dicho la noche, llegó tan rápido como un abrir y cerrar de ojos!
Y literal cuando abrí los ojos ya estaba en la Estancia, el lugar donde arrancaría nuestra aventura.
“Bien, ahora abrígate y ponte cómoda porque empezáremos a caminar. Nos adentraremos al monte y el frío se sentirá”, me aseveraron las chicas. Sentí la instrucción como una advertencia, algo así como estás a tiempo si te quieres arrepentir, ¡ja, no me conocen, no soy el tipo de mujer que se eche para atrás! Así que tomé mi bufanda, la ajusté a mi delicado cuello y subí el cierre de mi chamarra que me aumenta fácil como tres kilos, pero que importaba, total no era la idea ir a ligar ni lucir espectacular, el punto era que me protegiera del frío. Ellas apostaron a que no aguantaría, de nuevo !ja, soy una mujer todo terreno!
La carretera que nos conduciría a nuestro destino lucía desolada, ni un alma atrás o delante de nosotras. Ellas me aseguraron que en el camino encontraríamos más grupos de peregrinos. ¡Mentira, jamás en esas ocho horas apareció un alma! tres autos fue lo que vi pasar, no más. Curiosamente jamás sentí un halo de miedo, todo el tiempo me sentí segura y creánme no fue porque hubiera vigilancia o porque el Estado sea muy seguro, simple y sencillamente me encomendé a Dios y eso me dio la fuerza para andar en sus caminos ;)
El trayecto les puedo contar es corto a pesar de caminar por muchas horas. La plática y los momentos accidentados que ocurren en él es lo que lo hace divertido y corto. Caminamos en carretera y en monte con tremendas subidas y bajadas, de hecho las bajadas fueron mi terror. Mis rodillas desde años están dañadas y se vieron atormentadas con esas bajadas en tierra suelta, me resultaron molestas, me lastimaron :( en fin valió la pena ese malestar en ellas ya que se vieron recompensadas al llegar a la iglesia. La vi por primera vez en mi vida desde lo alto y lucía imponentemente, grande y bella!
Llegando al pueblo vimos el zócalo lleno de peregrinos percnotando. Al llegar al patio de la iglesia me asombró que éste lucía exactamente igual al zócalo del pueblo, estaba lleno, llenísimo de gente, cuanta fe existe en nuestro país :)
“Afortunadamente aún existen lugares como Chalma que permiten emprender camino a los orígenes del noble acto de fe esperando recibir alguna dádiva o consuelo”. (serunserdeluz).
LLegamos a nuestro destino cerca de las 4:20 de la mañana, así que tuvimos tiempo de descansar, ya que la misa sería a las 6 am.
Una vez que abrieron las puertas de la Iglesia, ésta se llenó de inmediato, otro poco y no alcanzamos lugar. Tomamos una misa muy bonita y en seguida siguió la bendición de cruces, crucifijos, rosarios o veladoras. La cola se torno largaaaa… y yo con la ansia de cafeína en mi cuerpo :(
Chalma es uno de los destinos religiosos más importantes del país, se ha llegado a comparar con la Basílica de Guadalupe por la cantidad de visitantes que recibí año a año.
En fin, terminando la cola y con nuestras veladoras bendecidas fuimos en busca de un rico y caliente café que acompañamos con un pan de nata. Terminamos nuestra visita a Chalma comprando unos recuerdos y una rica cajeta envinada ;)
“Mujeres todo terreno”.
Otros peregrinos hicieron cola para admirar al Señor de Chalma. Algunos historiadores dicen que la imagen, hecha de pasta de caña de maíz llamada tatzingueni, procede de una técnica que desarrolló Vasco de Quiroga y que, gracias a su maleabilidad, ligereza y duración, ha llegado hasta nuestros días junto con un buen número de piezas similares en el país.
En resumen tuve una experiencia grandiosa, me admiré con la fe de otros y con la mía misma. He de comentarles que no vi que nadie llegara bailando, pero sí vi a muchos llegar de rodillas o derramando lágrimas de fe. Me sorprendí cuando vi que la gente toma agua de la fuente que se encuentra justo enfrente de la iglesia. Conocí mejor a mis trabajadoras, que ya sabía yo que eran grandes seres humanos, únicamente lo confirme y al final del día me vi recompensada con unos ricos “huesitos” que me invitó mi gordo después de ese gran esfuerzo físico, ¿qué más puedo desear? Después de este día ya nadie me podrá decir “Ni yendo a bailar a Chalma…”
Hasta la próxima.