“Hay que comer y beber con tal moderación que nuestras fuerzas se restauren y no se recarguen.”
Cicerón
¡Llevo años creyendo que las galletas de animalitos solo se hacen, solo se comen en temporada navideña! Ríanse de mí, pero eso yo creía hasta hace apenas unos meses que descubrí en un supermercado las galletas y le dije a la persona con la que iba “mira todavía faltan meses para la Navidad y ya hay galletas de animalitos” fue en ese momento qué se me sacó de mi error y pensé “y yo de mensa comiendo esta delicia solo en fin de año”. Claro yo asocie estas galletas con la Navidad porque antes era muy tradicional que te las dieran en los aguinaldos en las posadas. Ahora el relleno de los aguinaldos contienen dulces más “modernos”, quedaron en el pasado los dulces típicos de los aguinaldos con su jícama y cacahuates; no les da tristeza, a mí sí. Porque es una manera de ir perdiendo nuestras tradiciones, de hecho ya las posadas son reuniones comunes pero con piñatas (al menos).
Sabían que las galletas de animalitos llegaron a México en los años cuarenta del siglo pasado.
La costumbre de dar aguinaldo proviene de tradiciones muy antiguas, su origen se remonta a Roma y a tradiciones celtas; los antiguos romanos denominaban a este regalo strenae y era una especie de señal de buen augurio, además de una forma de honrar a los dioses; también había por costumbre coger verbena del bosque sagrado de Strenua, diosa del año nuevo, ¿qué tal?
Otro de mis favoritos de esta época son las frutas que se dan en invierno: las naranjas, madarinas, jícamas, tejocotes en conserva, las guayabas, etc. Todas llenas de vitamina C para estos cambios de temperatura de bruscos que estamos viviendo.
Y la emoción de vivir el fin de año viene acompañada para mí de comer y de comer rico en familia y con amigos. La ensalada de manzana me mata, y la comeré desde ya, es decir durante todo el mes. Y que les digo de los romeritos son mi plato salado favorito en Navidad o Año Nuevo. Son la mezcla más deliciosa de la vida, de mi vida. Su origen se remonta a la época prehispánica, ya que en aquellos tiempos estas plantas eran valoradas por la cultura azteca y estaban incluidas en su alimentación gracias a sus múltiples beneficios nutricionales y medicinales. ¿Y porque los comemos en Navidad? esta costumbre tiene su origen en la época de la Colonia, en esos años, los religiosos solían guardar una especie de vigilia el 24 de diciembre y como los romeritos no llevan carne encajaron perfectamente, y para “matar el hambre”, comían antes este … ¡Y que manera de matar el hambre!
Y llegamos al postre, como les dije anteriormente la ensalada de manzana es una de mis favoritas… pero el pastel Red Velvet señores es otro imperdible en diciembre para mi desde hace ya algunos años.
Estos fueron mis imperdibles de Navidad, espero conocer los suyos… ¡cuenten!