Tomamos carretera y mientras más avanzábamos más frío se iba sintiendo, y ya nos les quiero contar cuando llegamos a la tierra que vio nacer al comediante Capulina Chignahuapan, Puebla, bueno salimos corriendo por nuestros suéteres, sacamos uno creyendo que con eso la íbamos a librar, gran error! (Dato: En este pintoresco pueblo fabrican las más hermosas y originales esferas todo el año)
Aquí visitamos la Virgen de la Inmaculada Concepción, que es considerada la más grande del mundo. La imagen se aloja en el altar mayor del templo del mismo nombre, la escultura, tallada en cedro rojo, tiene 14 metros de altura, incluyendo los dos metros que mide la corona, y está considerada como la más grande de América Latina bajo techo.
Después de esta visita obligada partimos rumbo a Zacatlán y mientras más nos acercábamos al lugar más frío sentíamos, brrrr!
Ya que llegamos nos registramos en el pequeño pero cómodo hotel. Un bañito, una lavadita de dientes y estábamos listos para ir a esas casadas que nos contaban eran mágicas!
Salimos de los cuartos y el frío era aun más intenso, en un minuto la niebla y frío se levantó en la comunidad entera hasta las nubes. En un instante las calles se colmaron de niebla y no era posible ver ni la punta de la nariz. Sin embargo, este fenómeno no deja de ser sugestivo y atrayente!!! Pero sí fuimos por la chamarra al hotel, a fuerza!
Bueno que les cuento ni la chamarra hizo calentarnos, por lo que fuimos a buscar más chamarras y bufandas a las tiendas cercanas. No encontramos nada de nuestro gusto, así que comimos unos ricos tlacoyos de alberjón ¡qué delicia, el cielo existe!
Ya con la pancita llena no tuvimos más opción que… oíganlo bien… meternos a una tienda de telas y comprar cada quien dos metros de tela polar, sí!!!!!
Y fue ahí en Zacatlán de las Manzanas, Puebla, donde perdí el estilo, o sea mallas de un color, botas de otro, chamarra que no tenía que ver nada con mi blusa, un gorro que ni al caso y encima de todo eso dos metros de tela polar con diseños de planetas que aparte de todo brillaba en la oscuridad :)
Pero aun con todo y eso me tomé fotos y nos divertimos muchísimo, fue como que el aderezo del paseo!
Llegamos a las maravillas que nos regala la naturaleza, sus hermosas e impresionantes cascadas. Un poco accidentado el camino para llegar a ellas pero creánme vale la pena!
Obviamente al otro día visitamos el famoso Valle de Piedras Encimadasse trata de un vasto espacio silvestre en donde aparecen rocas colosales, colocadas una sobre otra en caprichosas formaciones. Algunas de ellas tienen curiosos nombres, que les han sido asignados por los lugareños, así por ejemplo: “El Popeye”, “El Dinosaurio”, o “el Portal del Tiempo”.
Fue difícil despedirse de la naturaleza que vieron mis ojos, pero el trabajo aquí nos esperaba así que retomamos el camino a nuestro caluroso estado, pero llenos de energía y bellas anécdotas!
Conforme nos fuimos acercando a Morelos fuimos guardando la tela polar, la chamarra, el suéter… y ni modo a disfrutar nuestros 38 grados!
Hasta la próxima.