Por supuesto, quienes vive -muy bien- del PRI no detectan algo parecido, sino todo lo contrario.
Pero lo cierto es que el priismo se ha desvinculado de sus bases, que originalmente lo eran por los beneficios que podían recibir, ya que nunca han existido militantes de ese partido por convicción sino por el simple y puro interés de ver qué sacaban.
Los antes entusiastas comités seccionales hoy -donde aun existen- se venden al mejor postor y en la elección interna del PRI allí estarán, pero también en las del PRD o las del PAN, como lo hemos constatado.
Claro que a los políticos eso no les interesa, porque sólo quieren a sus bases para un acto de un solo día, que es cuando depositan su voto. Pero para nada más.
Si acaso, para una foto de baño de pueblo.
Maricela Sánchez Cortés y Guillermo del Valle Reyes, usaron con fines privados el dinero del partido que dirigían y dejaron de "salpicar", lo que alejó a los comités municipales y a los seccionales de la política activa, porque vieron que nos les tocaba nada.
Sin embargo, con nuevas fuentes de financiamiento esa pareja infernal tiene dinero para pagar conciencias y nuevamente provocar cortocircuitos hasta negociar jugosas cuotas de poder.
Si los militantes de base se movilizaran por convicción eso no sería problema, pero como ya no hay convicciones sino intereses, de antemano el proceso interno del PRI estará lleno de vicios.