Es que ayer pasé brevemente por Zacatepec y me acordé que Gustavo Rebolledo Hernández, ex alcalde del lugar de pésimos recuerdos, recibió de los complacientes diputados la autorización para contratar un crédito de -creo- 35 millones de pesos, para ampliar el puente que a la entrada de la cabecera municipal cruza el río Apatlaco y para un puente vehicular que mejorara el tráfico en el crucero de la comunidad de Galeana.
El señor recibió el dinero y sus puentes existen, son de aire y están en la mente de ese deshonesto tal por cual. Por supuesto, lo que no existe es el dinero, que se esfumó sabrá dios en qué.
Y hace unos días una persona murió en un terrible percance justo en la zona donde debería haber uno de sus puentes. El actual alcalde sólo ha puesto piedritas y rayitas, pero los vecinos reclaman topes, por lo menos. Del puente, ni sus luces.
Por eso es tema digno de quedar en película. A lo mejor no será de ciencia ficción, sino de espantos, algo así como la de "Sexto sentido", de Bruce Willis, donde se aparecerían los muertos que provocó el saqueo de ese descarado de Gustavo. O -quizá más emocionante- una donde los demonios del infierno llegan y le jalan las patas al ex alcalde y no lo dejan ni a sol ni a sombra hasta que, desesperado, confiesa que abajo del colchón guarda el dinero del préstamo que por años pagarán los ingenuos -iba a poner tarugos, pero esta es una columna muy propia en el uso del lenguaje- que votaron por él. Y hasta los que no votaron.
Lástima que todo sea, como dije, pura ficción. Como los puentes.