No hubo quejas, no hubo dudas, menos caídas del sistema.
Simplemente los ciudadano fueron a las urnas y los encargados del aparato electoral contaron los votos y dieron a conocer los resultados. Tan simple como eso pero lejos de lo que los mexicanos podemos hacer, como quedará de manifiesto una vez más el próximo domingo en un proceso interno de elección, el del PRI, que seguramente acabará a gritos y sombrerazos. Y quizá con un poco de violencia, algo usual para esa gente en el último lustro, aunque sea de forma esporádica, quizá para recordar que el rojo es uno de los tres colores del escudo priista.
Y ya que hablamos de eso, me preocupa que la iguana verde (esa que vive y se come las flores del jardín en la casa de ustedes y que tienen vocación filosófica e inclinaciones ecológicas) ha comenzado un proceso extraño en el que se despelleja desde hace algunos días.
No sabía que esos animales pasaran normalmente por un proceso así, por lo que quizá no sea algo natural, sino provocado para deslindarse totalmente del partido tricolor.
En mi blog (www.oscardavis.blogspot.com) coloqué una foto del reptil, donde levemente se aprecian los pellejos blancos que le cuelgan a la altura del cuello y el pecho.
Y aunque el cuero que tiene abajo también es verde, es de un tono menos vistoso, ya no es verde PRI, lo que me lleva a pensar que el pobre animal no tienen ganas de que le relacionen –así sea remotamente- con ese partido y con su proceso interno.
Y eso no creo que sea de a gritas. Para colmo, la pobre también vio por la tele muy temprano el contéo final de la elección en Brasil.
Y también –supongo- le dio envidia.