Es una lástima que Francisco Alva Meraz, el director del Transporte no haya filmado una película, porque si así fuera, México –y concretamente Morelos- podría obtener el premio al mejor actor, por su soberbia actuación como defensor de los usuarios de ese terrible servicio.
Las declaraciones que un día sí y otro también hace en torno a las acciones de su dependencia en contra de taxistas y ruteros abusivos no son hipocresía. NO, para nada.
Sólo se trata de la expresión –llevada a su máximo nivel- de un don que la Naturaleza le dio para actuar. Nadie como él para interpretar al servidor público celoso de su deber, siempre listo para acudir a cumplir con sus obligaciones.
Lástima, repito, que con esas cualidades no haya filmado una película, porque seguro que gana el premio.
Es, como pocos, un soberbio actor.