Un tanto por conservar el espíritu propio de la época y otro tanto para no recibir recordatorios familiares lo he mantenido alejado, pero es muy terco. Y metiche.
Y ya está aquí, con ganas de mandarle un saludo muy “cordial” y sincero a los políticos, sus enemigos naturales, según entiendo, luego de que asumió el apostolado de salvar a la humanidad de esos seres que, a sus ojos, son nefastos por perjudiciales: faltos de sensibilidad, sin escrúpulos y depredadores. Por lo menos así son ante su perruna mirada. No sé si exagere.
Pero más allá de hacer encuestas para saber si tiene razón o no (como ahora acostumbran los partidos políticos antes de tomar decisiones) lo cierto es que el Pingo ya levantó la patita para hacer uso de la palabra todos los días que le quedan al año.
Así es que, señores políticos, no tienen garantizado un buen fin del 2011. Alguien , que quiere convertirse en su (negra) conciencia no los dejará en paz.
No sé si aplaudir y morir de aburrimiento, sabedor de que a nuestros políticos todo eso les importa muy poco.