Aparentemente el Pingo platicó con sus compañeros de especie que tienen nexos con políticos priistas encumbrados ( Pingo vive en Puente de Ixtla, la tierra de Jorge Morales Barud y Julio Espín) y ellos le platicaron lo que sus amos y los amigos de sus amos sufren por la prolongación –que parece no tener fin- del proceso para elegir al “candidato de unidad”, como ellos genéricamente llaman a lo que debería llevar otro nombre mas preciso.
Como el PRI estuvo casi una década de capa caída, no ha tenido tiempo de refrescar sus cuadros (o sea, no tiene mucho representante nuevo) y la mayoría de los que tiene el control de ese partido son de la vieja generación, o sea, viejitos achacosos cuyos músculos cardiacos ya no están para estos trotes.
Pingo es un observador muy cuidadoso, por lo que supongo que lo que dice está muy apegado a la realidad. O quizá tenga buenos contactos en el mundo canino del que procede.
Si eso es verdad, las cosas se pondrán peores a partir de hoy, cuando el fatídico (para los perdedores) reloj tricolor siga su avance inexorable.
Pingo, que le tiene tirria a los políticos, dice que de seguir las cosas así, por lo menos habrá limpia de indeseables, aunque no todos, porque hay aquellos que son como la mala hierba.