Resulta que su dueña (aunque él no reconoce esa jerarquía, pues se siente y se comporta como un igual) pensó que el invierno había terminado y que Pingo necesitaba cambiar su traje de frío por otro más adecuado para los climas cálidos y con engaños llevó al (ni tan) astuto perro a la estética canina (creo que le dije que le harían una sesión fotográfica, algo que le encanta, pues le mantiene inflado el ego) pero cuando llegó al lugar indicado lo sometieron y no le quedó más que aceptar entre gruñidos que le dieran una remodelada.
Y quedó muy adecuado para el clima cálido de abril, mayo o junio, pero muy descubierto para las mañanas frescas que finalmente regresaron.
Total que ahora necesita una cobija por las mañanas y ni aún así deja de tiritar hasta que el sol sale y lo calienta.
El clima actual es tan cambiante que ya no permite hacer pronósticos certeros, justo lo que pasa en la política local y con varios políticos en particular.
Martínez Garrigós no llegó a dónde se esperaba, Graco no es sólo el dueño del PRD en Morelos, sino que ahora hasta su representante electoral; Adrián Rivera no la tuvo lo fácil que se imaginaba y así podría mencionar un buen montón de condiciones no esperadas hace apenas unas cuantas semanas.
Por lo mismo, la falta de precisión para indagar en el futuro político hará que la gente ligada a lo que antes consideraban seguro vivirá lo mismo que el Pingo por las mañanas: una temblorina digna de mejores causas.
No hay datos para hablar de certezas. Si acaso se pueden hacer escenarios, ninguno de los cuales es tranquilizador.