Desesperado porque nosotros los humanos no hacemos nada para poner un freno a los depredadores –o sea, a los políticos- ha decidido actuar por su cuenta y riesgo y para eso ha convocado a su propia raza, sabedor de que es cierto eso de que los perros son los mejores amigos del hombre.
Ha decidido reclutar voluntarios entre los perros del barrio donde tienen ustedes su humilde casa a fin de poner vigilancia estricta sobre aquellos que considera son nefasto por su falta de humanidad (y porque decidieron dedicarse a la política como forma de vida, o como dice el Pingo, como forma de robar) y hace su lista de vigilables y también una más de guardianes.
Ha querido ser muy estricto, serio y racional, por lo que optó por desechar primero lo que los propios políticos llaman “exámenes de control de confianza, por falsos, inútiles y caros.
Mejor ha puesto en marcha sus propios métodos para reclutar a los perros más aptos.
Como ven, será un proceso largo y complejo, que les seguiré describiendo paso a paso.