Los acarreos colapsaron calles en las 33 presidencias municipales. En muchos lugares la paz y la tranquilidad huyeron ante la horda de apoyadores de determinado candidato, gente que por una torta, un refresco y muchas promesas son capaces de hacer cualquier cosa. Y cundo digo cualquier cosa es eso, cualquier cosa.
Por supuesto, ni el pan ni el PRD son mejores, sólo malas copias.
Los ciudadanos estamos tan al margen de los intereses de los partidos políticos que debemos padecer lo que esas organizaciones hagan, bien o mal, en cualquier momento y en cualquier lugar.
El problema es que no hay opciones. No me refiero a que no haya opciones al PRI, al PAN o al PRD, sino que no hay opciones a lo que hoy nos dan los partidos.
Y eso es terrible.
Por lo pronto ayer fue una jornada de acarreos, golpes, congestionamiento y pena, mucha pena ajena.