Con un formato que corresponde a un país civilizado. Los contendientes se dijeron lo que se tenían que decir y ni siquiera los moderadores contratados para la ocasión podían frenarlos en sus intenciones de exhibir al contrario al tiempo que lanzaban su mensaje positivo.
Pero eso sí, el formato permitió que ambos hablaran la misma cantidad de tiempo. No sabemos si los ciudadanos franceses decidirán en base a lo que vieron ayer o actuarán conforme aun voto meditado largamente, pero lo cierto es que pudieron ver como los que aspiran a gobernar ofrecieron públicamente sus ideas sobre los temas más importantes en aquella nación.
Aquí, el mentado debate, que debería difundirse en el mejor horario posible, seguramente será todo menos eso, un debate de ideas.
Simplemente, es el nivel de desarrollo que los gobernantes quieren para su pueblo. Si dejaran iliminarnos por el conocimiento, nadie votaría por ellos, por eso nos mantienen en la burricie total.