No son los únicos. De hecho, esos actos de defensa interesada han dejado ver hasta dónde llegan los tentáculos de la famosa maestra, famosa por tener como negocio particular el cobro de cuotas de millones de trabajadores de la educación, desde profesores hasta intendentes de escuelas públicas.
Usted y yo sabemos que no es una perita en dulce, pero tratar de hacernos creer que es una víctima, alguien injustamente tratado, es parte de la visión que el corporativo (porque incluye un sindicato nacional, un partido político y quién sabe cuantas minas de oro más) “Gordillo Morales y Asociados” tiene de los ciudadanos mexicanos.
Pero quizá seamos crédulos pero no tan tontos como esa gente nos imagina.
Mejor deberían gastar sus energías en cosas de provecho y no en tratar de negar lo evidente.
Mejor que pongan a los suyos a estudiar para el examen de evaluación al que tanto miedo parecen tener los dirigentes, porque los buenos profesores ni sudan ni se acongojan.