Lo que dan a conocer no es noticia, porque todos sabemos que esa gente no tiene llenadero y entre más reciben, más piden.
Lauro Ortega Martínez es el padre de la criatura. El sistema de transporte actual nació cuando el entonces gobernador se hartó de los chantajes de los propietarios del servicio de autobuses, que daban un servicio malo, caro e inconsistente.
Recuerdo que cuando llegaba el tiempo de los viajes a Chalma, en los meses previos a la semana santa, los señores hacían negocio con las excursiones. Sus autobuses azules (algunos ya ni pintura tenían, por la edad) simplemente dejaban de dar servicio normal y se iban a Chalma y los pasajeros nos quedábamos a la espera de un milagro.
Cuando estudiaba en la universidad, era común que la gente se subiera desde las ventanillas, porque era la única forma de obtener lugar.
La idea de dejar atrás esa etapa fue buena durante algunos años, pero todo indica que es la naturaleza humana y hoy las cosas requieren de una solución radical, como la de aquella época.
O como hasta ahora, que los mismos transportistas se auto regulen mediante la colocación de uno de los suyos en la dependencia encargada del sector, como hoy sigue ocurriendo.