Escribo esta columna con toda la intención de verter una gota al mar de la indiferencia de mis compatriotas, que están idiotizados con los "triunfos" de un equipo de futbol que les garantiza el pretexto para emborracharse una y otra vez y de esa forma huir de la realidad que está aquí afuera: nuestros políticos vende patrias se proponen obsequiar la única riqueza patrimonial que ha evitado al país hundirse en más miseria: el petróleo.
Los priistas no son monjas de la caridad, pero el saqueo aplicado por los dos gobiernos panistas no tuvo medida y hacen ver a los actuales gobernantes como "moderados". Pero lo cierto es que nos quieren llevar al baile.
Opino que los buenos deportistas deben ser un ejemplo y una motivación para la niñez y la juventud, pero también deben tener otros modelos que los inciten no sólo a querer ser futbolistas de éxito, sino ingenieros, profesores, o médicos.
Pero por lo pronto los más jóvenes sólo sueñan con tener un lugar en el América, el equipo propiedad de Televisa, porque eso les garantiza formar parte de la selección nacional de ese deporte, que de nacional sólo tiene los colores. Y que en realidad sólo representan a sus patrones y no a un país que se deshace a la espera de triunfos y casi siempre ha recibido lo mismo, puras decepciones.
Por lo pronto, confío en que mis compatriotas tengan las cosas en su justa medida y que no se distraigan como para que un día despierten y se enteren, no del triunfo de la selección en Nueva Zelanda, sino de que el petróleo ya es de los vecinos.