Como si a los duelos de esas palabras no les preocuparan los reclamos de la gente y un día dicen una cosa y al otro lo contrario.
Eso es terrible.
En debates parlamentarios, ni se diga.
Ayer defendieron grandes temas de trascendencia nacional y mañana votan o deciden en contra de sus propias ideas. Bueno, quizá allí está el meollo del asunto: no son sus ideas, sino sólo repiten lo que les escriben -salvo excepciones- y por lo mismo no sienten suyas las palabras y no están dispuestos no ya a defenderlas, sino ni siquiera a sostenerlas.
¿Cómo hacer que los políticos tengan palabra? Muchos de ellos han mostrado tenerle miedo a verse en un video en youtube.
Quizá algunos ciberactivistas que coleccionen imágenes de estos personajes y los tenga a la mano para repetirlos una y otra vez en las redes sociales.
Porque esos señores a los que mantiene el gobierno, y bastante bien, sólo temen verse exhibidos en circunstancias en que no lo pueden negar.
Si un ciudadano les reprocha en directo algo, tienen una respuesta.
Pero si muchos ciudadanos ven las cosas que hizo el político que le hacen quedar como un mentiroso o un deshonesto, entonces algo puede pasar gracias la magia de internet que, como se ha demostrado en otras partes del mundo, puede iniciar revoluciones.
Aquí, sin ir tan lejos, habría que hacer algo para al menos sacarle provecho a la ociosidad de estar horas y horas frente a una computadora. Qué tal si alguien adopta a determinado personaje y elabora una base de datos con todas sus intervenciones públicas, a fin de tenerla lista para cuando se ofrezca.
Algo hay que hace para salir de la pasividad ciudadana que tanto beneficia a los que lucran una enormidad con la política.
Por lo meno para que el daño que han causado -ya enorme- no crezca más.
El Poder y La Gloria
Lectura 2 - 3 minutos
Que los exhiban en video
Ayer hice acopio de toda la paciencia posible y en un alarde de resistencia revisé un buen número de discursos de políticos locales y federales que han visto la luz en los últimos meses.
Me sorprende la cantidad de promesas que encontré entre tantos escritos, nacidos de la pluma de los que le escriben discursos a políticos priistas, perredistas y panistas.
Prometer no empobrece, es la primera conclusión a la que llegué. Y no son cualquier clase de promesas. Las hay de todo tipo y son muy directas, pués especifican cosas que al tiempo no se han cumplido. Ni se cumplirán, supongo.
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