Todo esto viene a cuento porque ayer tuve oportunidad de leer el texto que el Senado quiere aprobar para luego turnarlo a la borreguil cámara de diputados federal y que genéricamente han llamado "reforma política", pero que en realidad sólo es un acta para saquear más a las instituciones.
En lugar de hacer una verdadera reforma política que permita juzgar a los cargos de elección popular y meterlos a la cárcel con rapidez cuando cometen delitos, mejor se han dedicado a velar por los intereses de sus partidos.
Y lo peor es que han llegado a la aberración de promover la reelección de alcaldes.
Aparte de que -si se salen con la suya- desaparecerán al IFE para crear un nuevo organismo encargado de los asuntos electorales, los políticos de los partidos que empujan esa mala causa aprobarán la reelección inmediata en los Ayuntamientos. Al rato lo harán también en las gubernaturas, luego en la presidencia y tendremos una dictadura perfectamente legal como la que ejerció el PRI durante largos 70 años.
Esas personas no merecen que los llame malditos, pero esta columna es apta para toda la familia y por eso me debo abstener de usar mejores calificativos.
Hace muchos meses propuse dar empleo a mujeres de la tercera edad mediante la creación de la figura de la "mamá prestada", para que los políticos que lo requieran (por sus malas acciones) no desgastaran a su propia madre.
Creo que ha llegado el momento de desempolvar el invento, porque muchos, muchos políticos, en verdad requieren algo así. Y de forma urgente, ya que aunque parece que no, sí tienen mamá y ella en muchos casos no tiene la culpa de tener un hijo así.