Hay formas duras de ganarse la vida honradamente. Y hay un universo de profesiones que se desarrollan en una delgada línea, como ésta de agitador profesional.
Claro, es una actividad muy lucrativa, como lo puede constatar Manuela Sánchez, que ha sido diputada local, federal y regidora varias veces.
O permite tener un trabajo con prestaciones, como el de Rivas Ríos, que sacando a la calle a viejitos necesitados justifica la quincena que cobra en el Congreso local.
Ojalá que todos ellos, y quienes a eso se dedican, mejor se pusieran a trabajar como diós manda.
Las calles de Morelos lucirían más tranquilas y ellos podrían tener la conciencia tranquila y disfrutar más del bocadillo que se llevan a la boca, ganado con la movilización del prójimo, incluidos muchos incautos que se dejan engañar.
Claro. En esa lista no sólo figuran de partidos diferentes la PRI, sino tricolores de pura cepa como Maricela Sánchez -por citar al ejemplo más elaborado- o Félix Rodríguez Sosa y una bola más de lidercillos que periódicamente requieren hacer movilizaciones para mantener su presencia y su escaso o mucho poder.
Tan bonito que es trabajar. Pero para todo hay gente.
El Poder y La Gloria
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El sustento
Me sorprende la persistencia de Pedro Torres Pérez, Manuela Sánchez López, Gabriel Rivas Ríos y otros especímenes que deberían estar en un museo pero en cambio siguen en la calle encabezando toda clase de protestas como única manera de subsistir.
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