Ignoro que técnicas de lavado de cerebro aplicó la sagrada familia panista para obtener ese resultado que se convirtió en (ilegal) prédica en templos, no sólo católicos, para votar por el poder de la mirada, cuando los del partido blanquiazul son católicos a morir y entre sus objetivos está acabar con cualquier otra creencia que no sea la de ellos.
En los dos gobiernos se vio la tendencia a favorecer a su culto (aún se mantienen muchas de las canonjías de esa época) y a los protestantes que apoyaron no les tocó nada. No sé si a los líderes (como siempre pasa), pero la feligresía siguió en las mismas.
Pero ahora me habría gustado conocer las pócimas que usaron para lograr ese efecto con sus directos rivales, porque habría sido muy útil a la hora de tratar de evitar la privatización de petróleo y de nuestra mal vista pero nacional empresa de electricidad, a la que se la llevará la tristeza, por decirlo decentemente.
Finalmente habría que usar demasiada dosis de ese encantamiento panista, porque los vendepatrias abundan más de lo que me imaginaba. Tanto, que sólo bastaron unas horas para que los traidores al país lograran el voto favorable de los estados.
Me da risa (dentro de todo lo que me duele) que ahora la gente se ha comenzado a preocupar por los efectos de la mal llamada reforma energética cuando ésta ya es un hecho. Ahora que el torneo de futbol tercermundista ha terminado, que ya acabó el festejo guadalupano y que no hay más distractores inmediatos, la gente comienza a reaccionar, justo cuando el país en el que vivían comienza a dejar de existir.
Ya pa' qué.
El Poder y La Gloria
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Pócima
Recuerdo bien cuando los panistas buscaban su segundo sexenio al frente del gobierno estatal y me sorprendieron al lograr que un grupo nutrido de iglesias protestantes se unieran para apoyar a su candidato.
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