Mi colega a cargo de la información policiaca me dijo minutos después que el infeliz había saltado y no había habido ninguna agresión de por medio.
Sin embargo, me sorprende como - a pesar de estar predispuesto a no dar nada por hecho- el primer pensamiento que me vino a la cabeza fue el de un ataque armado.
No creo ser el único que piense así. Y cambiar ese concepto equivocado es la tarea que tienen enfrente las autoridades de todo tipo y de todos los niveles.
Morelos ya no es tan inseguro y violento como lo fue en una parte del gobierno anterior. Sin embargo, las escenas de esa época están frescas, como el enfrentamiento a balazos ocurrido el 24 de diciembre de hace dos años en Alta Vista, con un saldo de varios muertos. Todo eso debería quedar atrás.
Del caso que cito al principio, lo increíble es que el hombre que saltó no falleció. Aguantó la caída y ningún auto lo atropelló. Pero deberá vivir con las consecuencias de su decisión, como el resto de nosotros.