Fue una amenaza en toda forma. Y una estrategia equivocada si lo que quiere es tranquilizar al país.
Justamente los violentos, los radicales y todos aquellos que se ocultan bajo el disfraz de "anarquistas" quieren escuchar esas palabras y ver acciones consecuentes para hacer de las suyas.
Los ciudadanos normales -usted y yo, aunque no salgamos a las calles a manifestarnos- no destruyen propiedades, ni hacen cosas que rayan en el delito.
Eso se lo dejamos a los provocadores de todos los colores y sabores, ya sea pagados por el gobierno -como ya se demostró- o los que lo hacen por puro amor al arte.
Pero usar esas provocaciones (que no se investigan lo suficiente, lo que produce exceso de impunidad) como pretexto para limitar aún más los nunca ampliamente ejercidos derechos ciudadanos llevará a un camino que no es el que quisiéramos.
El año que se muere México tuvo un retroceso espectacular. El primero de enero viviremos en otro país.
La elite que nos gobierna a través de sus empleados los políticos nos acorraló sin decir agua va y se salió con la suya. Construir un país al modo de uno no es fácil, pero ellos lo han hecho.
Lo malo es que son una minoría y nosotros todos los demás