Les dije que el milagro lo había logrado su alcalde, un matemático metido a político pero sin antecedentes en ese negra actividad de la que, al parecer, se ha logrado mantener inoculado.
Y es que resulta que ayer leí otra vez de ese señor, Sergio Fajardo, quien ya es gobernador de su estado, Antioquia, gracias a los espectaculares avances logrados como alcalde.
Por ejemplo, en los barrios más llenos de delincuencia y todo lo que de eso deriva construyó bibliotecas y centros culturales.
También arregló calles y colonias y tomó medidas de sentido común que los políticos nunca tomarían. Y aparte -quizá lo más sobresaliente-: dicen que no roba y gente que lo conoce afirma que mete las manos al fuego por él.
En Morelos hemos ensayado con tantos personajes que al final han salido iguales (aunque creo que el peor fue el mecánico metido a político) que no tenemos nada que perder si en el próximo proceso electoral postulamos a uno que otro científico. Y aquí hay muchos.
Definitivamente no pueden ser ellos peores que los políticos actuales. Y al menos tienen más educación y probablemente nunca los veríamos no quitarse el sombrero en ceremonias y otros actos en los que ahora hay muchos patanes que por el poder temporal que ejercen se sienten con derecho a portarse como ellos quieran.
Hagamos lo que han hecho una parte de los colombianos y busquemos en otra cantera a los próximos gobernantes. Nada se pierde y algo (quizá mucho) podemos ganar.
El Poder y La Gloria
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Alternativa
Hace algunos años, no recuerdo cuantos, pero menos de cinco, les platiqué cómo había cambiado la ciudad de Medellín, en Colombia, hasta hace poco la más violenta de ese país.
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