Por lo menos listos no son. Si lo fueran, ni se habrían tenido que unir porque para derrotar al PRD sólo se necesita al propio PRD. Un partido en el que prosperan gentuzas como Fidel Demédicis, Javier Orihuela o Víctor Nájera -expertos en vivir del presupuesto- no necesita que una oposición le desgaste.
Ellos solitos se han puesto el lazo en el cuello y cada día se ganan el repudio ciudadano para ese partido. Tendría que ocurrir un vuelco dramático en la economía y en la seguridad para que los partidos que gobiernan Morelos vuelvan a ser votados masivamente, aunque eso de masivamente es un espejismo, porque los que se abstienen de ir a las urnas son la auténtica mayoría.
Por lo pronto el agua y el aceite se han juntado de nuevo para hacer de las suyas.
Los priistas son tontos, porque el PAN no representa ya nada en términos políticos, luego de doce años de desastres. Pero en la pasada elección se unieron con Nueva Alianza y salieron poniendo, lo que ahora ocurrirá por juntarse con ... panistas. Y quizá hasta esa conjunción de talentos (por favor, déjeme ser irónico) haga el milagro de favorecer a la competencia, y los supuestos partidos de izquierda (ni el PRD, ni el PT ni Movimiento Ciudadano lo son) terminen por aparecer como mejores prospectos que lo que salga de esa unión tricolor azulada que ayer se hizo oficial, aunque secreta, porque al pan le dio vergüenza. Créame, en ese punto, los entiendo.