Ayer proclamaron el "día mundial del gato" y hoy pueden anunciar que la celebración global le corresponde al caballo, a las ardillas o a los taxistas que manejan taxis rosas en Cuernavaca. Todo puede pasar. Y conste que no digo que sea el día de lo antes mencionado, sino que cualquier puede convertirlo en realidad.
De hecho, ahora los periodistas recibimos como cuatro felicitaciones al año por obra y gracia de los ocurrentes.
Pero mejor sería que en lugar de renegar de ese sinsentido de conmemoración nos sumáramos a la cusa siempre y cuando pasáramos a la acción. No bastaría con dar un click para decir un insulso e intrascendente "me gusta". Se requiere algo más material, tangible, sobre todo si instituimos fechas como el "día del encarcelamiento del funcionario corrupto", el "día de la exhibición del político mentiroso" o la semana entera de "los regidores inútiles".
Imagine todo eso acompañado de cosas reales: una peregrinación cívica para acompañar a los agentes de la policía ministerial a la ejecución de la orden de aprehensión de algún corrupto.
Supongo que todos iríamos. Dejemos atrás lo fatuo e inútil de las acciones de protesta por internet y hagamos algo verdadero.
El Poder y La Gloria
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Calendario ciudadano
Una de las cosas indeseables que han traído consigo las redes sociales (¿existe algo distinto a facebook y twitter?) es la reinvención del calendario cívico y ciudadanos.
Ahora hay días para celebrar todo lo celebrable, y hasta lo que no debería ni celebrarse.
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