Eso afecta sobre todo a los conductores profesionales, como traileros y choferes de autobús. Anteriormente, cuando el transporte público era usado por todo mundo para viajar, los choferes eran explotados al máximo y los accidentes eran el pan de cada día.
Llegar de un largo viaje y empezar otro era lo más normal. El hecho de que haya ahora más autos particulares en circulación disminuyó la demanda, pero aún no desaparece del todo esa práctica de explotar a los operadores hasta el límite de sus fuerzas e incluso más allá.
Por eso se hace necesario un control aleatorio pero efectivo, que certifique al azar la salud de los choferes.
En algunos puntos de las carreteras de cuota existe algo así, pero debería tomarse la misma medida en carreteras locales y libres.
Que no haya en el camino choferes excesivamente cansados ayudaría a reducir mucho las mortales estadísticas que cada año privan de la vida a 200 personas en la entidad, la mayoría jóvenes.
Claro, el alcoholímetro es también muy necesario, pues una parte de los accidentes le pasa a automovilistas borrachos.
Y allí se debe romper el predominio de los empresarios del alcohol, cuyos intereses han impedido revisar a los conductores. Deben entender que no se trata de prohibir la bebida, sino impedir que quien esté alcoholizado maneje. Así de simple.
El Poder y La Gloria
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Demasiados accidentes
Sinceramente espero que luego de la racha de accidentes carreteros de la semana anterior se hayan tomado las medidas necesarias para que el periodo vacacional sea limpio. Como se publicó en La Unión de Morelos, la fatiga es una de las principales causas de accidentes.
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