Esa barda tiene siempre escurrimiento porque -me dicen- allí pasa un apantle que riega los enormes y viejos árboles que aún quedan como resabios de un pequeño bosque que ha sido talado poco a poco desde hace decenios.
Es más que obvio que la zona tiene sus vialidades colapsadas y que una obra como la de la sede del Congreso vendría a empeorar las cosas.
También es obvio que hablamos de un gran negocio inmobiliario, que alguien ya hizo o aspira a hacer.
Se señaló a Julio Mitre Cendejas de intentar hacer negocio con la propuesta para "remodelar” el mercado López Mateos, una forma de disfrazar la construcción de un edificio para estacionamiento.
Una afirmación así tiene gran sustento porque Mitre se dedicó a los negocios inmobiliarios por todos los puntos cardinales de Cuernavaca. Y por experiencia no pararía.
En lo del terreno para el Congreso desde lejos huele a buen negocio de unos cuantos. Y al estilo Mitre y socios, acostumbrados a ganar dinero aunque perjudicaran el entorno donde se asentaban y a quienes por allí vivieran. Pero claro -debo aclarar- no quiere decir eso que él esté involucrado, aunque tampoco se puede descartar, dados los antecedentes. Pero debe haber más gente allí metida.
Ojalá y en el Congreso vean que las cosas no les serán fáciles si quieren estrenar edificio el 17 de abril de 2015, como ya les ofrecieron.
Las cosas unilaterales eran las que hacía el PRI cuando gobernaba en Morelos. Y por fortuna desde el 2000 ya no está en el poder. Claro, los que le sustituyeron no han hecho las cosas mejor, pero por lo menos vieron que imponer caprichos salía caro.
A estas alturas de la actual administración, supongo que ese dato ya lo tienen bien registrado.