Ahora que el gobierno salido de esas filas pasa por problemas, los perredistas orgánicos e institucionales sólo han servido para sacarse una foto pero para poco más.
La confianza excesiva en que el partido lopezobradorista Morena está ya bajo control de los amarillos les hacen creer que no necesitan nada que no sea esperar las elecciones.
Todos los que de una u otra forma cobran por el favor de ser perredistas poco hacen para contribuir al fortalecimiento de la estructura gubernamental. Y se supone que para eso les pagan o le shan dado determinadas prebendas.
De Abel Espín para abajo sólo hay aferramiento al hueso, pero nada fuera de eso. Sobran los militantes deseosos de pelear para obtener una candidatura, pero listos a evitar los compromisos. Mientra menos hagan, mejor, parecen decir.
Por eso, este momento sería bueno para que el gobierno en turno le dé una buena sacudida al partido que le dio el triunfo, a fin de por lo menos lograr que hagan un trabajo que justifique los planes -posiblemente perversos- que se preparan para el 2015.
Mientras, habrá que esperar en qué desemboca la convocatoria del rector de la UAEM a los representantes de los tres Poderes con ocasión de la protesta por la muerte de Alejandro Chao Barona.
El Poder y La Gloria
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Inacción perredista
Quienes administran el PRD en Morelos (empleados de los verdaderos jefes) deben estar preocupados por el destino de su jugoso empleo, ya que no han sabido dar buenas cuentas.
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