Y José Luis Correa Villanueva afirmó, muy quitado de la pena: “El PRD que va a recuperar su esencia como el partido de combate y como la opción para transformar de raíz a esta sociedad, ese es el compromiso ético y político que hoy nos unifica este día”, enfatizó.
Todo lo anterior ocurrió en otra más de las reuniones de la nueva tribu perredista llamada “Demócratas de Izquierda”, que dice tene las mejores intenciones, pero basta con ver las fotografías de sus reunione spara comprobar que del dicho al hecho hay mucho trecho.
Simplemente ayer estaba en primera fila Manuela Sánchez López, que no es demócrata (nunca lo ha sido) ni de izquierda, al igual que muchos de los que quieren el control de ese aparato vacío de militantes pero lleno de funcionarios que es el PRD.
Fue el efecto López Obrador el que los encumbró. Ignoro qué efecto necesitarán (me imagino el que buscan y cómo piensan hallarlo) pero deberá ser muy fuerte para que el 2015 cumplan con sus expectativas.
La única ventaja que tienen para esa elecci´òn es que el PAN quedó lo suficientemente desprestigiado como para no levantar cabeza en años, mientras el PRI está muy ocupado emn expulsar una y otra vez a Manuel Maertínez Garrigós, quien se empeña en no irse.
La gran incognita es el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), copado en Morelos por las huestes perredistas, que han ocupado todos los cargos directivos, y que además sufre con la imagen que proyecta Raúl Iragorri Montoya, que definitvamente noe s la mejor para ganar una elección.
Pero de que los discursos del perredismo izquierdista y democrático están fuera de l a relaidad, lo están.
Y tan fácil que es dejar un rato las curules y salir a la calle a escuchar lo que de verdad dice la gente.
Pero, bueno, para quienes llevan vida de reyes sí que es un auténtico sacrificio, y no están dispuestos a caer tan bajo.