Mientras la gran mayoría de mis compatriotas se ocupan de replicar cosas como esa que les parecen divertidas, el Senado aprobó la ley secundaria de la que ya le había hablado: ahora será extremadamente fácil expropiar cualquier pedazo de tierra de éste país (lo que queda de él) bajo el cobijo de que será necesario para alguna obra de infraestructura eléctrica. Puede ser su casa, el campo deportivo donde juegan sus hijos, una escuela, una zona natural hoy protegida. No hay límites más que la imaginación de los inversionistas.
Es volver al porfirismo, la época donde las haciendas azucareras podían apropiarse de las aguas o las tierras que quisieran, porque el cultivo de la caña era prioritario.
No es casualidad que eso ocurra justo unos meses después de que se aprobó la reelección de cargos públicos, a pesar de que un millón de mexicanos murió por una lucha que tuvo entre sus orígenes el combate a la perpetuación en el poder.
Tampoco es casualidad que ese remate a nuestra Historia (le pongo unas honrosa mayúscula) se dé en medio de otra batalla que ha sido calificada de épica, histórica y cosas así, pero que en realidad no es más que un juego, un deporte, que sólo servirá para arreglarle la vida a unos cuantos, pero no a usted ni a mi.
El problema es que al acabar ese torneo, el mundial de futbol, nuestro país ya no será el mismo.
Y por mucho que esa palabreja de cuatro letras se haya universalizado y hasta los japoneses la griten, no será de mucho consuelo. Se los aseguro. Quizá como desahogo, para aplicárselo a nuestros ingratos diputados y senadores, aunque no sería justo, porque es homofobia pura.
El Poder y La Gloria
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Homofobia
Pocas veces coincido con mi colega, el columnista Carlos Ramírez. Su visión del mundo de dos colores (blanco o negro) no es lo mío, pero hoy avalo lo que dice en su espacio. Esa palabra de cuatro letras que empieza con p y acaba con o y que tan de moda se ha puesto últimamente es simple y sencillamente un grito de homofobia, que ha sido validado por la FIFA y se ha convertido en algo festivo y "disfrutable".
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